CONTEXTO
Vélez
2010-2011 es un colectivo muy
particular. Acostumbrado, tal vez, a la cada vez mayor tendencia de los grandes
por acaparar balón buscando una organización posicional que garantice potenciales
segundas jugadas o transiciones ofensivas inocentes del rival, resulta extraño
ver a un equipo (campeón) que no opte por ello. Vélez, 4-3-1-2 de
base para empezar, se caracteriza por una base de la jugada en peligro de
extinción para un equipo aspirante. Los centrales, generalmente sin rol específico
en la salida, juegan tras una base de 2 centrocampistas por detrás de
balón, mientras que por delante las líneas de pase se activan constantemente. Ésta es una de las principales señas de
identidad del equipo: el movimiento respecto al balón es continuo,
y los automatismos muy marcados: no hay pase, de mediocampo hacia
delante, que no conlleve el movimiento del pasador hacia espacios limpios,
tenga el rol que tenga. Vélez aprovecha estas líneas de pase y convierte su
fase ofensiva en un festival frenético de rupturas (también a la última
línea defensiva) y diagonales, y no permite un segundo de respiro a los
centrales rivales. La velocidad a la que se mueve el balón, en consencuencia,
es altísima. Esta forma de jugar se congela un poco contra equipos que
planteen defender mucho tiempo en estático, cerrando espacios entre líneas e
impidiéndoles correr.
En muy pocas ocasiones Vélez opta por la pausa.
El cambio de orientación es muy pocas veces la opción escogida, y el equipo
vuelca con asiduidad los desmarques de ruptura y el balón hacia el lado izquierdo,
pues es allí donde más talento aglutina el equipo. Con todo, es un colectivo
que arriesga bastante en la transición ataque-defensa: la solidez de las
líneas, pese a estar adelantadas, depende mucho del tipo de pérdida y del
retorno de los futbolistas. Tras la pérdida, Vélez no mueve sus fichas de forma
instantánea hacia atrás, y presiona al portador del balón intentando
provocar transiciones ofensivas sucias, evitando que el rival reciba de
cara a portería y buscando despejes que le vuelvan a hacer ganar la posesión
del balón. Si la presión surte efecto, con los centrales casi en línea de
mediocampo, la recuperación se vuelve tarea fácil. Pero si esta
presión es superada y el rival sale con balón controlado, espacios, y de cara a
portería, Vélez se ve obligado a replegar hasta la línea de área propia,
aunque suelen resolver atrás con cierta solvencia.
CAPACIDADES
FISICOTECNICAS
1,88, 84 kilos de peso, buena planta y gran
envergadura, ha llegado a ser comparado con Kaká, algo que es comprensible
desde un punto de vista estético, pues tiene exactamente el mismo lenguaje corporal.
Físicamente es un toro, veloz y de gran zancada, capaz de cubrir grandes
cantidades de terreno a lo largo de un partido. Llama la atención su buena disposición
para la conducción: rápida con balón y no necesariamente exigente, pues
a la vez que deja atrás rivales por potencia, también es capaz de
ejecutar otro tipo de acciones en movimiento (pase o regate). Pero no se
queda ahí: Ricky Álvarez también es un jugador muy difícil de tumbar, lo
que otorga a sus conducciones un punto más de dificultad para el marcador.
Zurdo, no cerrado, pero al que ponen en un aprieto
si le cierran el lado izquierdo. Dotado técnicamente, especialmente
buenos primeros contactos (uno de sus recursos preferidos es el control
orientado), tiene rasgos técnicos semejantes a aquellos futbolistas encuadrados
en el grupo de grandes mediapuntas: buen último pase, capacidad para
resolver con éxito jugadas en espacios cortos, gran capacidad para asociarse
al primer toque y dar continuidad a la jugada, y esa habilidad tan poco
reseñada, para recibir, darse la vuelta y formar de cara a portería. Su disparo
es potente, aunque no se trata de un jugador que disfrute de muchas
oportunidades de gol. Por el contrario, es buen centrador y generador de
caos en el área rival. Su rango de pase no es tan amplio como el de un
interior-mediocentro como los dos jugadores que le anteceden en el blog; no
pondrá pelotas de 50m al pie del receptor en movimiento, pero cubre una buena
cantidad de campo.
Defensivamente, en lo puramente técnico no
es un gran defensor. Sí es cierto que tiene planta, que puede ganar balones
de cabeza (más por estatura que por salto o timing), y que su recorrido le hace
ser un activo más con el que contar tras balón, pero su técnica defensiva es
muy pobre, no tapa bien las líneas de pase y sale con cierta facilidad
al tackle.
TIPOLOGIA DE JUEGO
Quizá lo más
sorprendente de Ricky como futbolista en Vélez es su posición, y su zona de influencia. La comparación con Kaká tiene
sentido en cuanto a ciertas características explicadas en el apartado anterior,
pero no se trasladan al campo a la hora de comparar roles. Pese a que Vélez
suele jugar con un teórico 4-3-1-2, en la práctica, la base de la jugada está
formada por 2 futbolistas: Zapata,
ejerciendo de ancla, y Ricky Álvarez, cuyo rol se asemeja más al de un box to box, orientado casi siempre
hacia el lado izquierdo (pese a que
en determinados momentos, y debido a bajas, también ha ocupado el costado
derecho y la mediapunta). Recibe cerca del centro del campo, y gana metros mediante combinación o
conducción –independientemente de que se encuentre a 50 metros de portería- hasta que su influencia alcanza hasta línea de fondo. El propio Ricky ve
potenciada esta versatilidad gracias al apoyo de Papa en el lateral izquierdo: la sociedad entre ambos consigue
fácilmente ventajas (traducidas en metros) combinando al más puro estilo Vélez
2010-2011: apoyo y movimiento hacia el
espacio libre.
Partiendo por
detrás del balón en fase ofensiva, Gareca se asegura, en cuanto a Ricky, sobre
todo el “no estar para llegar”, darle
un espacio enorme para que acelere
la jugada desde donde quiera, y participación directa en segundas jugadas recibiendo de cara (y en esto hay que incluir las
jugadas a balón parado, en las que nunca participa directamente, sino que se
sitúa en la media luna de la frontal). Pese a no encajar totalmente en el papel
de interior creativo, decisivo en la elaboración de la jugada, es el único
jugador del centro del campo de Vélez con sentido del ‘tempo’, el que aporta pausa
en el centro del campo cuando es necesario. En las contras es un activo
importantísimo. Si su conducción-regate ya es diferencial para batir al
marcador y acelerar la jugada en ataques estáticos, a campo abierto se
convierte en un peligro al que los
espacios facilitan mucho la toma de decisiones. Su entrenador da pie a que se
produzcan estas situaciones en balones parados en contra situando a Ricky, al
igual que cuando la jugada es a favor, en la
frontal del área propia. En la presión cumple los estándares del equipo: en
el instante de la pérdida, no importa si fuera de posición o no, se irá a por
el rival si es el futbolista más cercano al balón, y si no, mantendrá la
posición buscando balones sueltos. Como miembro de la base, Álvarez tiene la
obligación de permanecer tras balón
en fase defensiva. Eso significa que, si el equipo rival sobrevive a la presión
tras pérdida de Vélez y gana metros, Ricky se encuentra con facilidad en la
obligación de hacer un esfuerzo físico para retornar a su posición de inicio.