lunes, 26 de septiembre de 2011

Ricky Álvarez


CONTEXTO

Vélez 2010-2011 es un colectivo muy particular. Acostumbrado, tal vez, a la cada vez mayor tendencia de los grandes por acaparar balón buscando una organización posicional que garantice potenciales segundas jugadas o transiciones ofensivas inocentes del rival, resulta extraño ver a un equipo (campeón) que no opte por ello. Vélez, 4-3-1-2 de base para empezar, se caracteriza por una base de la jugada en peligro de extinción para un equipo aspirante. Los centrales, generalmente sin rol específico en la salida, juegan tras una base de 2 centrocampistas por detrás de balón, mientras que por delante las líneas de pase se activan constantemente.  Ésta es una de las principales señas de identidad del equipo: el movimiento respecto al balón es continuo, y los automatismos muy marcados: no hay pase, de mediocampo hacia delante, que no conlleve el movimiento del pasador hacia espacios limpios, tenga el rol que tenga. Vélez aprovecha estas líneas de pase y convierte su fase ofensiva en un festival frenético de rupturas (también a la última línea defensiva) y diagonales, y no permite un segundo de respiro a los centrales rivales. La velocidad a la que se mueve el balón, en consencuencia, es altísima. Esta forma de jugar se congela un poco contra equipos que planteen defender mucho tiempo en estático, cerrando espacios entre líneas e impidiéndoles correr.
En muy pocas ocasiones Vélez opta por la pausa. El cambio de orientación es muy pocas veces la opción escogida, y el equipo vuelca con asiduidad los desmarques de ruptura y el balón hacia el lado izquierdo, pues es allí donde más talento aglutina el equipo. Con todo, es un colectivo que arriesga bastante en la transición ataque-defensa: la solidez de las líneas, pese a estar adelantadas, depende mucho del tipo de pérdida y del retorno de los futbolistas. Tras la pérdida, Vélez no mueve sus fichas de forma instantánea hacia atrás, y presiona al portador del balón intentando provocar transiciones ofensivas sucias, evitando que el rival reciba de cara a portería y buscando despejes que le vuelvan a hacer ganar la posesión del balón. Si la presión surte efecto, con los centrales casi en línea de mediocampo, la recuperación se vuelve tarea fácil. Pero si esta presión es superada y el rival sale con balón controlado, espacios, y de cara a portería, Vélez se ve obligado a replegar hasta la línea de área propia, aunque suelen resolver atrás con cierta solvencia.

CAPACIDADES FISICOTECNICAS

1,88, 84 kilos de peso, buena planta y gran envergadura, ha llegado a ser comparado con Kaká, algo que es comprensible desde un punto de vista estético, pues tiene exactamente el mismo lenguaje corporal. Físicamente es un toro, veloz y de gran zancada, capaz de cubrir grandes cantidades de terreno a lo largo de un partido. Llama la atención su buena disposición para la conducción: rápida con balón y no necesariamente exigente, pues a la vez que deja atrás rivales por potencia, también es capaz de ejecutar otro tipo de acciones en movimiento (pase o regate). Pero no se queda ahí: Ricky Álvarez también es un jugador muy difícil de tumbar, lo que otorga a sus conducciones un punto más de dificultad para el marcador.
Zurdo, no cerrado, pero al que ponen en un aprieto si le cierran el lado izquierdo. Dotado técnicamente, especialmente buenos primeros contactos (uno de sus recursos preferidos es el control orientado), tiene rasgos técnicos semejantes a aquellos futbolistas encuadrados en el grupo de grandes mediapuntas: buen último pase, capacidad para resolver con éxito jugadas en espacios cortos, gran capacidad para asociarse al primer toque y dar continuidad a la jugada, y esa habilidad tan poco reseñada, para recibir, darse la vuelta y formar de cara a portería. Su disparo es potente, aunque no se trata de un jugador que disfrute de muchas oportunidades de gol. Por el contrario, es buen centrador y generador de caos en el área rival. Su rango de pase no es tan amplio como el de un interior-mediocentro como los dos jugadores que le anteceden en el blog; no pondrá pelotas de 50m al pie del receptor en movimiento, pero cubre una buena cantidad de campo.
Defensivamente, en lo puramente técnico no es un gran defensor. Sí es cierto que tiene planta, que puede ganar balones de cabeza (más por estatura que por salto o timing), y que su recorrido le hace ser un activo más con el que contar tras balón, pero su técnica defensiva es muy pobre, no tapa bien las líneas de pase y sale con cierta facilidad al tackle.


TIPOLOGIA DE JUEGO

Quizá lo más sorprendente de Ricky como futbolista en Vélez es su posición, y su zona de influencia. La comparación con Kaká tiene sentido en cuanto a ciertas características explicadas en el apartado anterior, pero no se trasladan al campo a la hora de comparar roles. Pese a que Vélez suele jugar con un teórico 4-3-1-2, en la práctica, la base de la jugada está formada por 2 futbolistas: Zapata, ejerciendo de ancla, y Ricky Álvarez, cuyo rol se asemeja más al de un box to box, orientado casi siempre hacia el lado izquierdo (pese a que en determinados momentos, y debido a bajas, también ha ocupado el costado derecho y la mediapunta). Recibe cerca del centro del campo, y gana metros mediante combinación o conducción –independientemente de que se encuentre a 50 metros de portería-  hasta que su influencia alcanza hasta línea de fondo. El propio Ricky ve potenciada esta versatilidad gracias al apoyo de Papa en el lateral izquierdo: la sociedad entre ambos consigue fácilmente ventajas (traducidas en metros) combinando al más puro estilo Vélez 2010-2011: apoyo y movimiento hacia el espacio libre.
 Partiendo por detrás del balón en fase ofensiva, Gareca se asegura, en cuanto a Ricky, sobre todo el “no estar para llegar”, darle un espacio enorme para que acelere la jugada desde donde quiera, y participación directa en segundas jugadas recibiendo de cara (y en esto hay que incluir las jugadas a balón parado, en las que nunca participa directamente, sino que se sitúa en la media luna de la frontal). Pese a no encajar totalmente en el papel de interior creativo, decisivo en la elaboración de la jugada, es el único jugador del centro del campo de Vélez con sentido del ‘tempo’, el que aporta pausa en el centro del campo cuando es necesario. En las contras es un activo importantísimo. Si su conducción-regate ya es diferencial para batir al marcador y acelerar la jugada en ataques estáticos, a campo abierto se convierte en un peligro al que los espacios facilitan mucho la toma de decisiones. Su entrenador da pie a que se produzcan estas situaciones en balones parados en contra situando a Ricky, al igual que cuando la jugada es a favor, en la frontal del área propia. En la presión cumple los estándares del equipo: en el instante de la pérdida, no importa si fuera de posición o no, se irá a por el rival si es el futbolista más cercano al balón, y si no, mantendrá la posición buscando balones sueltos. Como miembro de la base, Álvarez tiene la obligación de permanecer tras balón en fase defensiva. Eso significa que, si el equipo rival sobrevive a la presión tras pérdida de Vélez y gana metros, Ricky se encuentra con facilidad en la obligación de hacer un esfuerzo físico para retornar a su posición de inicio. 

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